Hoy me he levantado y he abierto el periódico online de LA VOZ DE TENERIFE y, de repente, me topo con la siguiente noticia, tan real y asombrosamente triste, que no puedo dejar de pensar en ella, y no puedo permitir que a los ojos de todo el mundo pase desapercibida. Por ello he decidido difundirla en este mi blog, tal como aparece en prensa:
El Servicio Canario de Salud condena a una anciana a una muerte lenta y cruel por ser extranjera.
Plataforma por la Dignidad de las Personas denuncia el caso de una
señora septuagenaria de origen chileno que reside en Tenerife con sus
hijos desde el año 2008, y que en estos instantes agoniza en su casa sin
atención médica, sin tratamiento, sin medicinas, por el simple hecho de
ser extranjera y haber perdido el derecho a la asistencia sanitaria.
La historia de la señora es una de tantas, la de una madre viuda que
viene a Canarias a vivir con sus dos hijos, que residen y trabajan
legalmente en Tenerife.
Al poco de llegar le tramitan la tarjeta
sanitaria como persona con bajos recursos, y en 2009 le diagnostican
parkinson, de lo que le devienen, con el tiempo, microinfartos
cerebrales múltiples y otras enfermedades neurológicas con tratamientos
asociados.
Hasta ahí todo bien, dentro de la delicada salud de
una señora ya anciana. Todo bien hasta que a finales de octubre de este
año, cuando tiene que ir a repetir la medicación en la farmacia le dicen
que no tiene derecho a ninguna medicación por ser extranjera y quedar
fuera de las nuevas coberturas sanitarias en España.
Al cuarto
día sin su medicación la señora empeora notablemente y han de llamar a
Urgencias. Los facultativos que la asisten en su domicilio la ven muy
grave y la derivan a un centro hospitalario privado del Sur de Tenerife
–donde reside-. De allí la desvían a las pocas horas al Hospital de La
Candelaria en Santa Cruz de Tenerife, no sin antes pasarle a su hija una
factura de 579 euros.
En La Candelaria está varias horas, le
hacen algunas pruebas –de las que también les pasarán factura- y le
diagnostican una fuerte infección urinaria para la que necesita
medicación, a la que no puede acceder por no tener acceso a las recetas
del SCS. Nada le dicen ni le mandan en el Hospital para su tratamiento
suspendido días atrás que había dado origen al súbito empeoramiento.
Sus
dos hijos, desesperados y sin poder comprar la medicación por ninguna
vía –ya que ni pagándola se la dan en la farmacia- deciden pedir ayuda a
su médico de cabecera en el Centro de Salud de Adeje para que les haga
un informe con el que poder ir a Extranjería a pedir la residencia por
motivos humanitarios, y poder así recuperar el tratamiento que necesita
su madre.
El médico de cabecera, el único implicado
verdaderamente según la familia, hace el informe pese a no contar con
ningún dato clínico de la señora en su ordenador, dado que han sido
borrados con un click 4 años de tratamiento, a ella y a 52.229
extranjeros más en Canarias.
Con este informe y otro que le hace
la neuróloga del Hospital de La Candelaria acuden a Extranjería, pero
allí tampoco encuentran solución puesto que ha de ser la propia enferma
la que haga la petición, y al no poder por su estado de salud el trámite
se complica con juzgado e incapacitación, lo cual tarda bastante más.
Y
así llegamos al día de hoy, cuando nos sobreviene la historia. La
señora está paralizada de cuerpo entero, con una grave afección en los
intestinos que la tiene desde hace días sin poder hacer sus necesidades,
con llagas abiertas en muchas partes de su cuerpo –como pueden ver en
las fotos-, sin poder dormir, gimiendo de dolor durante todo el día de
manera muy cruel y dolorosa, para ella y para su familia.
La
última puerta que hemos tocado hoy mismo, Médicos del Mundo, donde nos
remiten al lunes que viene con la documentación, a ver qué pueden hacer.
Pero el lunes que viene es demasiado tarde para esta señora y su
familia.
Así las cosas sólo nos queda denunciar el caso
públicamente con la máxima urgencia dado que está en juego la vida de un
ser humano, escribir a la Consejera de Sanidad para que de marcha atrás
a semejante crueldad y cumpla lo que se ha dicho desde el Gobierno de
Canarias, y que hemos podido leer en prensa no hace mucho:
El
Servicio Canario de la Salud (SCS) ha dado instrucciones precisas a
todos los centros sanitarios para que no se deje de atender a este
colectivo; palabras de Zaira Gil, Secretaria General del Servicio
Canario de la Salud.
Y exigir al Servicio Canario de Salud que
restituya a Silvia su condición de usuario sanitario a todos los
efectos, se la ingrese de urgencia y se le dispense la medicación que
necesita, a saber:
Lo
triste de todo esto es ver el proceso, las dos semanas que han pasado
tocando aquí y allá sin despertar la más mínima humanidad de las
Administraciones Publicas, abandonada a una muerte lenta y dolorosa que
ni a un perro. ¿En qué sociedad nos hemos convertido? En una sociedad
donde una vida vale lo que puedas pagar, si eres extranjero y tienes
160.000 euros para una casa tendrás la residencia, si no tienes ese
dinero, como esta señora, estás muerto.
¿Y la dignidad del Ser Humano? ¿Es que acaso no importa?
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